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Miércoles 22 de octubre de 2014
Cuando me encuentro algún dispositivo del que el fabricante dice que está dirigido a un público profesional siempre me imagino un producto más caro de lo habitual. Pero claro, si dispone de funciones que, habitualmente, no se usarán para nada en un ámbito doméstico este precio puede estar justificado, como es el caso del Sony VPL-CW125.
Este proyector destaca por dos características. La primera es que puede conectarse a una red IP y ser controlado a través de ella, enviándole también el contenido a mostrar sin necesidad de conectarle ningún otro cable. De todos modos, también tenemos la posibilidad de utilizar una de las dos entradas VGA o la entrada de vídeo, para conectarle un ordenador o un reproductor de vídeo.
La segunda de las características especiales es su modo panorámico y la posibilidad de colocarlo descentrado respecto al objetivo sin que esto afecte a la calidad del resultado, algo adecuado si tenemos que colocarlo en algún espacio reducido.
Su resolución máxima es de 1366 x 800 píxeles y tiene un brillo de 3000 lúmenes, pudiendo montarse tanto sobre una mesa como en el techo de la sala.