Juan Pablo Mateos
Juan Pablo Mateos Abarca | Miércoles 22 de octubre de 2014
El orden tiene un precio, al final todo se reduce a orden y clasificaciones: rankings en las ligas, tiempos en las marcas, lugares en las jerarquías, colocación en las salas, posición en los tableros...
Los grandes buscadores de Internet son cajones ordenados que jerarquizan la información de forma segmentada por términos. Organizar el caos para Microsoft vale 30.000 millones de euros, los que ofrece por la compra de Yahoo. Sería la primera vez en su historia que pediría un crédito para realizar una operación…
Sin duda, Google es el programa de búsquedas más complejo y efectivo del mercado virtual, ese hecho es la espina clavada de Microsoft. Cuentan los mentideros de la Red que Altavista, un buen metabuscador, fue hackeado por Microsoft para conseguir un buscador con mínimas garantías de éxito, aquello no funcionó, la prueba fue que tanto la velocidad de los términos buscados, como el rango de páginas y la cantidad de sentencias y webs encontradas, quedaron muy por debajo del gigante de las dos vocales seguidas.
Google nació de la ilusión, fue una idea mimada por sus creadores desde los inicios. Larry Page y Sergey Brin, sus fundadores, concibieron el buscador en la universidad y empezaron valorando las incipientes páginas webs de la época, con un papel y un lapiz, de 0 a 10…hasta generar las ecuaciones y algoritmos que han acabado casi monopolizando los buscadores en Internet.
El emprendedor que cambia la historia tiene una gran idea que cuida y protege hasta hacerla crecer, pero difícilmente tiene dos o tres. Bill Gates tuvo Windows, basada en los sistemas operativos Macintosh, que fue su gran proyecto. Jerry Yang y David Filo, los fundadores de Yahoo, también comenzaron su idea en la universidad y fueron evolucionando, al igual que Google, para ofrecer nuevas ramas de publicidad e ingresos, pero todo partiendo de la base inicial.
En definitiva, los empresarios de éxito en un medio novedoso, o un mercado virgen, surgen por tres razones: casualidad, causalidad y gestión clave del conocimiento.
Casualidad: la intuición de saber que un formato va a ser exitoso, o la casualidad de generar una praxis de razonamiento aceptada por la sociedad de forma masiva en el momento oportuno y el lugar apropiado.
Causalidad: Las causas por las que se produce el éxito pueden ser factores extemporáneos o proyectos anteriores que dan lugar a situaciones propicias para un triunfo mercantil; la causa del éxito del buscador es una masificación no planeada que surgió de un proyecto filtrado del pentágono: Internet.
Gestion clave del conocimiento: el que primero conoce llega antes. Lo desarrollado en origen tiene una ventaja que se acrecienta con los años, a mayor desarrollo mayor dificultad de que la competencia plante cara en el mercado.
En el mundo globalizado, la interpretación correcta de una realidad futura, junto a factores coadyubantes que ayudan a su puesta en práctica, -muchas veces aleatorios- permiten que se generen grandes empresas a velocidad de vértigo, haciendo de la tecnología un instrumento tan afilado como impredecible. El joven se convierte en propietario y el viejo en asesor. En la tecnología la experiencia y la edad no son un grado, incluso a veces un handycap. La generación creativa que vive en su tiempo asimila los términos de su época con avidez, pero el desarrollo acelerado impide al intelecto maduro contar con datos suficientes para provocar el cambio, que hoy en día se antecede a sus reacciones.
Juan Pablo Mateos Abarca
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