Mucha gente las utiliza, juega con ellas, se entretiene, se informa sobre sus smartphones y tabletas digitales; pero, realmente ¿Cuál es el concepto de una aplicación descargable sobre una tienda virtual mundial bajo un sistema operativo propio, ya sea abierto o cerrado? La pregunta, que puede resultar baladí, encierra en su interior toda la esencia del nuevo paradigma de uso colectivo de dispositivos móviles de pequeña y gran superficie de pantalla.
Actualmente se descargan en App Store 800 aplicaciones cada segundo, se han vendido más de 600 millones de dispositivos basados en iOs –sistema operativo de desarrollo sobre App Store-, hay seis millones de desarrolladores, se han descargado mas de 50.000 millones de Apps en App Store y el catálogo incluye más de 900.000 aplicaciones, de las cuales 375.000 se han desarrollado expresamente para iPad y cada mes los usuarios, en su conjunto, se descargan más de 2.000 millones de aplicaciones.
Todo esto sin mencionar las cifras de descarga y oferta de Google Play, el App Market global basado en Android que también, a día de hoy, aporta datos de vértigo: en abril de 2013 igualó a App Store en número de descarga de aplicaciones y posiblemente ahora estén mano a mano sobre estos datos, fluctuando en cifras que, por su volumen e inmediatez, son difícilmente medibles sin un histórico.
Sin embargo, el blindaje y las seguras pasarelas de pago y contenidos de iOs mantienen a App Store, por ahora, en mejor caja de facturación que su homólogo. Google Play despunta en descargas sin conseguir los mismo ingresos de pago que Apple debido, entre otras variables, a la menor seguridad anticopia, público objetivo de distinto poder adquisitivo por el precio y variedad de los terminales que soportan Android etc. La predicción del futuro de estos dos colosos en guerra de patentes, ingenio, innovación y ventas daría para otro artículo.
Ambos escaparates acaparan la mayor parte del mercado, a la espera del crecimiento de los intentos de hacerse hueco por parte de Windows 8, con el arriesgado planteamiento de compatibilizar una App con el sistema operativo convencional de pantalla de sus ordenadores, arriesgado por las grandes diferencias de formato, superficie, navegación y ámbito de uso.
Otros sistemas operativos minoritarios ocupan una pequeña parte del pastel por fabricantes de hardware que buscan la exclusividad. En otro sentido, algunas plataformas son esbozadas por potencias emergentes o de glorias pasadas –véase china o Rusia- que aún tiene mucho que decir por la enorme base de población que puede llegar a sus novedosos sistemas operativos
Pero…sin divagaciones… ¿Qué es una App?
No me refiero al concepto técnico formal, a su icono, lanzamiento, descarga, instalación en el escritorio de nuestro dispositivo y activación según necesidad del usuario. ¿Qué es?
Una App es el símil de los programas de los sistemas PC y Apple sobre ordenadores convencionales. La App está dotada de la capacidad de memoria, procesado, interactividad con Internet y movilidad; en definitiva, son los programas en venta para terminales inalámbricos y transportables, hasta que la distinción entre portátil, ordenador de mesa y móvil se difumine gracias a los nuevos productos de bajo peso, extraplanos, flexibles, de enorme memoria sólida y gran velocidad de procesado y tráfico de datos 4G por el espacio radioeléctrico, actualmente implantándose en España .
Una App es un aplicativo instalado en el dispositivo móvil que, similar al programa informático de siempre, se vende u ofrece sobre paraguas de tiendas globales, que hacen de escaparate e incentivan la creatividad de cualquier desarrollador o empresa que usa su ingenio, talento y conocimiento para saltar a la tarima y exponer su bien o malogrado producto.
Una App es: