Una investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) revela cómo optimizar la distribución de vacunas durante pandemias utilizando información demográfica y epidemiológica. Publicado en Royal Society Open Science, el estudio analiza más de 350,000 estrategias de vacunación en diferentes grupos de edad, destacando que no existe una solución única para todos los contextos. Los hallazgos sugieren que la combinación de estrategias de vacunación con restricciones sociales puede mejorar significativamente los resultados en términos de contagios y muertes. Los investigadores enfatizan la importancia de adaptar las campañas de vacunación a las características locales para maximizar su efectividad.
Una reciente investigación llevada a cabo por un equipo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha revelado nuevas estrategias para la distribución de vacunas durante una pandemia. Este estudio, publicado en la revista Royal Society Open Science, utiliza datos demográficos y epidemiológicos relacionados con la covid-19 en España para analizar cómo las políticas de vacunación pueden ser más efectivas al considerar diferentes grupos de edad.
El investigador Saúl Ares, quien forma parte del CSIC en el Centro Nacional de Biotecnología (CNB), plantea una cuestión crucial: ¿cómo maximizar el impacto de la distribución de vacunas? Para ello, su equipo ha examinado tres elementos clave: los contactos interpersonales, el número diario de dosis administradas y las restricciones sociales impuestas durante la pandemia.
Ares explica que han desarrollado modelos matemáticos que consideran más de 350,000 posibles estrategias de vacunación distribuidas en nueve grupos etarios distintos. “Nuestros hallazgos indican que no hay una única estrategia universal que funcione en todos los contextos; la velocidad de vacunación y el comportamiento social son determinantes para la efectividad”, afirma.
Iker Atienza, primer autor del estudio y también investigador del CNB, destaca que los resultados más significativos provienen de comparar dos escenarios: uno sin restricciones sociales y otro con fuertes limitaciones. “Cuando la población puede interactuar libremente, priorizar a las personas mayores es la estrategia más efectiva”, señala Atienza.
Además, el análisis revela que a altas velocidades de vacunación, las diferencias entre estrategias se reducen, aunque el orden sigue siendo esencial para minimizar muertes. En situaciones donde hay severas restricciones sociales, el comportamiento cambia drásticamente. “Este fenómeno se asemeja a una transición física: al alcanzar una velocidad crítica en la vacunación, los resultados mejoran significativamente, independientemente de la estrategia aplicada”, añade.
Los hallazgos subrayan que no existe una solución única para las estrategias de vacunación; estas deben adaptarse a las características locales. Es fundamental acelerar las campañas y establecer prioridades adecuadas al contexto específico. Susanna Manrubia, investigadora líder del equipo en el CNB-CSIC, enfatiza que combinar estrategias de vacunación con medidas como restricciones sociales puede amplificar los resultados positivos.
Manrubia también resalta la necesidad de diseñar estrategias basadas en datos específicos por región. “No solo debemos centrarnos en reducir muertes; también podemos implementar medidas para frenar contagios y aliviar la presión sobre los sistemas sanitarios”, concluye.
El objetivo es ofrecer nuevas perspectivas sobre cómo priorizar la distribución de vacunas en una pandemia, maximizando su impacto a través del análisis de datos demográficos y epidemiológicos.
Se han abordado tres factores principales: los contactos interpersonales, el número de dosis administradas diariamente y las restricciones sociales impuestas durante una pandemia.
No existe una estrategia universal que funcione en todos los contextos; la rapidez de vacunación y el comportamiento social son fundamentales para la efectividad de la estrategia.
En un contexto sin restricciones sociales, priorizar a las personas mayores es más efectivo, mientras que con restricciones severas, una velocidad crítica de vacunación puede mejorar notablemente los resultados independientemente de la estrategia seguida.
Las campañas deben adaptarse a las características locales, acelerar la vacunación y combinarla con medidas como restricciones sociales para optimizar resultados.
Diseñar estrategias basadas en datos específicos permite no solo reducir muertes, sino también frenar contagios y aliviar la presión sobre los sistemas sanitarios.