El general retirado de EE. UU., Michael Flynn, ha criticado al primer ministro británico, Sir Keir Starmer, exigiendo su renuncia debido al escándalo de las "pandillas de grooming". En un contundente mensaje en Twitter/X, Flynn afirmó que Starmer debería sentirse avergonzado por su inacción ante la brutalidad que enfrentan las jóvenes británicas. También destacó que este problema no es político, sino una grave cuestión de derechos humanos que debe ser abordada urgentemente. Además, Flynn mencionó la falta de invitación a Starmer en la inauguración de Donald Trump como un reflejo de su situación política.
El general retirado del Ejército de EE. UU., Michael Flynn, ha lanzado una dura crítica hacia el primer ministro británico, Sir Keir Starmer, instándolo a considerar su renuncia en medio del escándalo de las 'bandas de grooming'.
En un post reciente en Twitter/X, Flynn no se contuvo y afirmó: “@Keir_Starmer debería sentirse avergonzado de sí mismo y también debería considerar dejar su cargo como primer ministro (no lo hará debido a su arrogancia y miopía respecto a este comportamiento repugnante).”
El exgeneral subrayó la gravedad de los crímenes cometidos contra jóvenes británicas, describiendo actos atroces como violaciones y mutilaciones perpetradas por hombres musulmanes. “Estas son niñas británicas que están siendo brutalmente VIOLADAS y SODOMIZADAS”, enfatizó.
Flynn continuó su ataque señalando que Starmer parece minimizar estos delitos al considerarlos un problema de la extrema derecha. “No soy de derecha; soy padre y abuelo, y usted es repugnante por intentar convertir esto en un asunto político. Es un problema de derechos humanos, un asunto criminal que debe ser abordado de inmediato”, argumentó.
El exmilitar expresó su preocupación por la protección de los niños, afirmando que si no se protege a los menores, tampoco se puede garantizar la seguridad de los ciudadanos. “Este es un problema global y las naciones del primer mundo deben establecer estándares más altos”, agregó.
Además, Flynn mencionó que no es sorprendente que Starmer no haya sido invitado a la inauguración de Donald Trump el 20 de enero, sugiriendo que esto refleja su falta de relevancia en el escenario internacional.