Mariano Duque y Juan Ramón Corrales amenazan con quemarse ante un bombero
Miércoles 22 de octubre de 2014
Mariano Duque y Juan Ramón Corrales, de la Asociación de Vendedores Profesionales de Prensa de León, amenazaron el pasado viernes con quemarse vivos con 15 litros de gasolina rociados en sus cuerpos y encadenados en la verja de la catedral de la ciudad, por un corte de servicio a sus puntos de venta, motivado, según la distribuidora Boreal, por impagos de entre 8 y 54 euros.
La situación producida en la capital leonesa, de máxima tensión, fue el colofón de esta acción desesperada, tras rifi-rafes durante más de dos años entre la junta directiva de la Asociación de vendedores de León y la distribuidora local Boreal.Marcos García, presidente de la Asociación; Mariano Duque, Vicepresidente y Juan Ramón Corrales, vocal de la misma, llevan años reclamando que no se produzcan errores en las devoluciones, debido, según ellos, a la contratación de mano de obra sin cualificar que provoca pérdidas en las devoluciones, que no son reintegradas al vendedor, junto a incrementos en los portes -llamado por la distribuidora 'gestión de servicios'-de casi un 200% hace dos años.
A su vez, estos impagos de devoluciones ‘desaparecidas’ dieron lugar a que los tres vendedores, junto a Mari Ángeles Ramírez, esta última con un depósito de fianza en la distribuidora de 600 euros, se ‘plantaran’ y afirmaran que no pagarían ni un euro de devoluciones supuestamente ‘perdidas’ por el distribuidor. No obstante, la Asociación de Vendedores de León afirma que está abierta a cualquier tipo de negociación
La actitud de la distribuidora, capitaneada por Santiago Manrique, no se hizo esperar, y realizó lo que considera una ‘retención de la mercancía’, según declaró a “Gaceta de Prensa”; en definitiva, un corte total del suministro.
El corte de suministro, que se produjo por cantidades que no superan los 54 euros -algunos de ellos incluso de tan sólo 8 euros-, cuando algunos de estos puntos de venta superan los 210.000 euros de facturación anual, dio lugar al temor, por parte de los quiosqueros, a la pérdida de su “modus vivendi”, o manera de ganarse la vida, y obligó a estos -según sus propias palabras- a ‘defender su pan y el de sus hijos’, de la manera más irresponsable y desesperada posible: poniendo en riesgo sus propias vidas. Independientemente de su actitud, reprobable y fruto de una situación límite, dicho panorama debe dar que pensar a la 'cadena de la prensa' española, evitando que se llegue a estas actitudes, tan negativas para todo el sector.
“Gaceta de Prensa” en su revista número 18, especial de diciembre, ofrecerá un amplio reportaje sobre el incidente y sus posibles causas y soluciones.