Miércoles 22 de octubre de 2014
El reportero ha sido condenado por desacato al negarse a entregar una cinta de vídeo al FBI en la que se demostraba que un político cedía aun soborno. La condena se remota al mes de agosto cuando un juez federal le dio un ultimátum para identificar a su informante, a lo que el informador se negó.
Jim Taricani, reportero de una filial de la cadena NBC, ha sido condenado por las autoridades norteamericanas a una pena de seis meses se arresto domiciliario por no querer colaborar con la Justicia. El motivo es la negativa del reportero a entregar a la policía Federal (FBI) un vídeo en el que se demostraba como un político del país aceptaba un soborno.
Los hechos se remontan al pasado verano cuando la cadena para la que trabajaba emitió un informativo en el que se mostraban imágenes de un soborno a un funcionario de la ciudad, hecho que fue probado por la justicia. La supuesta fuente, el abogado, Joseph Bevilacqua, negó que hubiera pedido al periodista mantener el anonimato, una afirmación que el periodista rechazaba.
El 12 de agosto, la justicia impuso al periodista una multa de 1.000 dólares diarios si seguía negándose a identificar a su informante y el 4 de noviembre un juez federal le dio otros 14 días para obedecer, sin obtener resultados. Ahora se enfrenta a seis meses de cárcel y ha solicitado 30 días de arresto domiciliario por razones de salud tras haberse sometido a un transplante de corazón.
No es la primera vez que los intereses de los medios y las autoridades se enfrentan en Estados Unidos. El pasado mes de octubre, “Gaceta de Prensa”, informó del caso de la periodista Judith Millar, condenada por desacato al no revelar sus fuentes en un reportaje.
Las autoridades dictaminaron que la periodista fuese encarcelada por no revelar sus fuentes a una pena de 18 meses.
El caso se remontaba a junio del 2003 cuando Robert Novak, columnista del periódico 'The Washington Post', publicó ‘un artículo basado en fuentes oficiales pero anónimas’, en el que afirmaba que Valerie Plame, esposa del ex embajador estadounidense Joseph Wilson, era una agente encubierta de la Agencia Central de Información (CIA). Esta información constituye un delito en Estados Unidos dónde está prohibido por ley desvelar las identidades de los agentes secretos federales, pero llegó a la opinión pública por una columna de su esposo en “The New York Times” afirmando que Bush utilizó información falsa sobre las armas de destrucción masiva en Irak, por lo que el Gobierno, según el diplomático, desveló la identidad de su mujer a Novak. La pena por ahora está suspendida porque la periodista recurrió la sentencia.
En respuesta a estos acontecimientos, la organización en defensa de la libertad de prensa Reporteros sin Fronteras ha señalado que ‘sin la garantía del secreto de las fuentes, nadie más tomará el riesgo de transmitir una información a los periodistas", y recordó que "la protección de las fuentes es un pilar de la libertad de expresión’.