Se produce debido a la aparición de un nuevo producto o servicio que convierte a los anteriores en obsoletos a corto o medio plazo.
Y es que el nuevo libro de Amazon ha cambiado las tornas y, de forma inteligente, acelerado los tiempos de tránsito hacia la era “post-gutemberg”. El libro electrónico, un mito para el editor clásico, que observa su aparición con temor y desconfianza, es ya una realidad. Si bien es cierto que se han realizado intentos de crear libros en formato digital (Sony Reader, Softbook y RocketBook) de fácil uso, bajo peso y sencillo manejo, los cambios reales en Kindle son conceptuales, no técnicos. El concepto y la idea se anteponen a la técnica en cualquier diseño exitoso, y probablemente, Kindle lo será por varias razones.
El verdadero problema del avance de los elementos tecnológicos de usuarios masivos es el desfase generacional. Los humanos tenemos unos clichés, comportamientos y hábitos adquiridos a lo largo del tiempo que reiteramos porque funcionan.
El cliché de una generación adulta, o incluso anciana, son rutinas de conducta que impiden acceder a lo nuevo sin temerlo.
Tres son los clichés que limitan la confianza de la generación adulta (de 45 años a la senectud), a la hora de coger un libro digital en sus manos y no renegar de él, y tres los aciertos del nuevo libro de Amazon para solventar el difícil escollo generacional:
1-La tinta: el lector “eterno” quiere ver tinta, hasta que la generación anterior, ilustrada en el uso de las nuevas tecnologías, cambie la mentalidad social al “pisarla” por simple cronología vital. El libro Kindle usas tintas reales para generar el efecto página a los ojos del lector clásico.
2-El contraste: los lectores de hábito siempre reniegan de los reflejos y efectos de luz que genera una pantalla al uso; desean un libro digital con efecto “papel”, que carezca de transparencia y aparente solidez. Se trata de un formato tangible cambiante y bidimensional. Kindle es sólido, sus letras se perfilan con la apariencia de un libro y la consistencia de un papel tangible, sin reflejos y con aspecto y textura similar al papel (incluso se puede marcar la página donde lo dejamos con una muesca triangular en la zona superior de la página, asemejándose de forma osada al pliegue de una hoja con el dedo).
3-El tamaño: un lector de libros tradicional quiere un libro, aunque sea digital, de las dimensiones adecuadas a un libro. El libro Kindle es de cierto tamaño y puede llevarse en una mano con la “incomodidad intelectual” propia del lector. Kindle es grande en comparación con otros dispositivos, aunque muy fino. Su apariencia es de libro, pero sus posibilidades mil veces mayores.
Otros factores convencen a la generación joven, posiblemente estos nuevos elementos son mucho más sofisticados, útiles y productivos, pero los anteriores definen adelantar en el tiempo a una sociedad entera; estos otros, por el contrario, aumentarán el disfrute de los usuarios que caminan en paralelo a la ciencia que les ha tocado vivir. Los factores podrían ser los siguientes:
1-La inexistencia de cables: todo libro, revista o periódico se transmite vía conexión EV-DO a alta velocidad, es decir, conexión inalambrica de banda ancha móvil. Cualquier libro, texto o contenido se transmite en cuestión de minutos.
2-La enorme oferta de títulos: más de 90.000, que incluye casi todos los títulos que un lector medio puede desear. El sistema de búsqueda es rápido y cómodo, así como potencia un libro convencional en todas las necesidades del lector: búsquedas, páginas, índices etc…incluye un sistema “rolling” para pasar por menús, haciéndolo fácil de utilizar en cualquier edad.
3-El sistema de negocio: disminuye con mucho el coste de los libros actuales y los tiempos de colocación en el mercado. Se puede tener la última obra de cualquier autor instantáneamente, sin pasar por la imprenta ni por la distribuidora. Esto disminuye mucho los costes de derechos de autor, y el usuario sale beneficiado.
No obstante, el éxito del proyecto deberá evitar convertir una gran idea desarrollada con cabeza en un fracaso innecesario. Tal vez para cumplir sus expectativas, evitarán estos elementos;
1-“Empantanar” de publicidad las páginas. Si se ha pagado por un libro se quiere ese libro, nada de bocadillos de ofertas, faldones o anuncios incrustados entre medias. Será un contenido de pago en un medio físico expresamente dedicado y así debería seguir.
2-Complicar su uso con elementos técnicos excesivos creados por ingenieros brillantes pero poco adaptables al gusto del usuario. Lo más complejo sólo lleva a un uso minoritario y elitista (véase el sitema RSS, de poco éxito y excelente programación), y el gran mercado es el “pez gordo” de las ventas, no el pequeño. Máxime si hablamos de leer, no de vender yates.
3-La “minituarización” del sistema. Lo pequeño no es legible. Se trata de cuidar la vista y disfrutar con ella, no de jugar a alta tecnología con las pupilas de los consumidores.
Juan Pablo Mateos Abarca