En todos los electrodomésticos vendidos en la Unión Europea encontramos una etiqueta de eficiencia energética. Gracias a ella, los compradores pueden conocer con un simple vistazo cuánto va a consumir su futuro electrodoméstico. El problema es que esta etiqueta había empezado a presentar problemas de claridad al incluir elementos como A+, A++ o A+++. A partir del 1 de marzo, vuelve la «normalidad».
Así lo anunció la UE el pasado mes de agosto, y será a partir del 1 de marzo de 2021 cuando todos los electrodomésticos que se vendan incluyan estas nuevas etiquetas. La UE tiene como objetivo ser neutral en emisiones de carbono para el año 2050, y reducir el consumo energético para realizar las mismas tareas es un elemento clave para ello. También hay otros trucos para ahorrar energía, como comprar enchufes inteligentes.
Vuelve la clasificación de A a G
La etiqueta energética se usa en la actualidad en lámparas, aires acondicionados, calefacciones, frigoríficos, televisores, y multitud de productos en el mercado. Fueron creadas en el año 1994, y desde entonces han ayudado a reducir el consumo energético en los países europeos. Según encuestas elaboradas por la UE, el 93% de los consumidores reconoce la etiqueta, y el 79% la tienen en cuenta cuando compran estos aparatos.
Esta etiqueta energética ha fomentado también la competencia entre fabricantes para crear dispositivos más eficientes. Ese fue el motivo de que la Clase A ya no bastase para describir a los productos más eficientes, y por ello fueron surgiendo las A+, A++ o A+++. Al ser todos los nuevos productos muy eficientes, las categorías E, F y G se fueron eliminando, ya que no había productos nuevos que encajasen en ellas.
Para solventar eso, la UE aprobó un nuevo reglamento que vuelve al antiguo etiquetado que usa sólo las letras A a la G. Este reajuste cambiará por completo la etiqueta en muchos productos, ya que el nivel de exigencia también ha aumentado, y se deja margen de cara a que en el futuro la eficiencia sea aún mayor.