El campo de las predicciones está plagado de reputaciones arruinadas, simples ridículos, y parvas de cenizas de dinero quemado por el camino. Esta no es una característica particular de nuestros tiempos, sino más bien un rasgo muy típico de la “condición humana”. Empero, en una época de crecimiento explosivo de la Red, tal como la que tenemos el privilegio de vivir, esas predicciones encuentran un entorno inestable, que está cambiando constantemente. Si antes siempre ha sido difícil predecir los desarrollos, las predicciones en estos días son poco más que apuestas a los caballos. Mi adagio favorito en materia de predicciones económicas y tecnológicas es que nosotros siempre tendemos a sobrestimar la velocidad y profundidad del cambio en el corto plazo (principalmente porque omitimos tomar en cuenta todos los elementos de detalle necesarios). Pero nosotros casi siempre subestimamos la velocidad del cambio a lo largo de un período mayor de cinco a 10 años porque suponemos un desarrollo lineal (que las cosas van a ocurrir en los próximos 10 años tan rápido como ocurrieron en los últimos 10 años). En realidad, estamos, y hemos estado al menos durante un siglo, sometidos a una velocidad de desarrollo en constante crecimiento. Los periódicos y el efecto que ha tenido sobre ellos Internet son grandes ejemplos de ello desde el punto de vista de negocios así como de marketing. Cuando Internet empezó a aparecer en el radar de algunos empleados de la industria, parecía ofrecer todo lo que un editor podía alguna vez desear. Distribución barata, gran contacto directo con los lectores, excelentes opciones de publicidad.
Para quienes lo proponían en esos primeros años, solo era cuestión de unos pocos años y los periódicos iban a conducir la mayor parte de su negocio a través de Internet. Tan fuertes eran sus convicciones que fueron capaces de sacudir la confianza de casi todos los editores. Ser reemplazados por un medio electrónico de repente no parecía ya un escenario tan distante.No obstante, estamos en 2004. En muchos mercados, los periódicos están iniciando un nuevo año record. En otros mercados, los cambios en la distribución, el concepto editorial y los formatos han puesto freno a una tendencia declinante, casi un resurgimiento. Es decir – obviamente – lo que pasó es que hemos sobrestimado la velocidad del cambio.
¿O, no?Los archivos de los anunciantes se pasan mucho más velozmente a través de Internet. Los periodistas ahorran horas de trabajo buscando expertos en Internet en lugar de a través de la guía telefónica. Y hay incontables funciones de marketing que ahora se manejan a través de Internet.
Mucho más perjudicial, sin embargo, es la forma en que Internet ha influido y formado a su lector y sus empleados. Clay Shirky, profesor adjunto del programa de posgrado de telecomunicaciones interactivas de la Universidad de Nueva York, dice que los medios masivos están dependiendo de dos factores clave:
Masa: Toda vez que se habla de desarrollo de medios de comunicación en este tiempo, hablamos de segregación, de un número creciente de productos para un número creciente de nichos de audiencia. La oferta por el Times de Londres de dos formatos de periódico distintos puede verse como una consecuencia del consumo de medios individuales a través de Internet, como lo es una revista de TV para niñas recientemente lanzada en Alemania.
Silencio: Los círculos de retroalimentación se han vuelto instantáneos, lo que genera mucha presión para las compañías que no saben cómo usar el dinamismo de esos consumidores ruidosos, interconectados e informados de manera que los ayude a convertirse en una organización en permanente aprendizaje.
Muchos periódicos exitosos en su versión en papel en este tiempo reflejan los lazos más estrechos y más íntimos con sus lectores. Hacer que los periodistas publiquen sus weblogs o historiales de navegación, ofrecer información adicional en el sitio web, y permanecer en permanente contacto con los lectores se ha vuelto con razón el sello de los periódicos innovadores. Los mercados se han convertido en conversaciones.
Por eso, quizás Internet no haya cumplido con sus expectativas de corto plazo, ni con las mías. Pero sí ha cambiado nuestros mercados y nuestro negocio más allá de lo reconocible, y de una manera que ninguno de los predicadores de Internet de 1994 podría haber previsto nunca.
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Acerca del AutorNorbert Specker es fundador de Interactive Publishing GmbH, una empresa de servicios e intermediación dedicada a financiar la industria de la publicación de periódicos y con sede en Zurich, Suiza y Victoria, Canadá. Se lo puede ubicar por e-mail en nspecker@ interactivepublishing.ch, o a través de su sitio Web en
www.interactivepublishing.net. La división de consultoría de su negocio, Catchup! Communicatins AG, puede visitarse en
www.catchup.ch.